domingo, 19 de julio de 2009

Giraluna


En la cumbre del monólogo un silencio
Silencio atragantado con sus propias muecas
Con el llanto propio

Silencio que se desnuda y emerge como cuerpos
Pieles contorsionistas de angustia
Autistas embriagando los pormenores de un verso
(Inverso)

Meciendo el óbito producto de un amor finito
En las pestañas del crepúsculo
En los cuernos de una luna acéfala

Un soliloquio va rasgando las paredes
Desangrando el punto de fractura entre día y noche
Hasta expiar las culpas, hasta ahogar el sueño

El presente ausente y mazoquista ingenuo
Historiándose con cicatrices
Permutando las líneas de la palma en nuevas curvas

Hay olvidos que circundan a la noche
cuyos pétalos de plata bailan
perpetuando un giro en pos de la cara de la luna


giraluna

miércoles, 8 de julio de 2009

Minotauro

(Para mi Teseo)
Luminosa Selene corona el firmamento
Opacando a tantos soles perdidos en la lejanía
Que por atemporales brillan menos que la noche.
Teseo desenredando la cuerda al final del laberinto
Armado con espada y furia, se acerca sigiloso al centro de los tiempos
Para encontrar una explanada que arde en fuego
Y guarda en su corazón una figura alta
El monstruo quieto no ha notado su presencia
E inmóvil reposa mientras el héroe sigiloso se aproxima.
Ha esperado tantos años para dar muerte al minotauro
Embriagado de destino Corre hacia a él desenvainando el arma
Mas aquel no se mueve, yace de pie, inerte
Y en el filo de la colisión al ver de cerca al enemigo
Palidece al encontrarse frente a un brillante espejo de plata.

teseo

domingo, 5 de julio de 2009

Apolo

Hay una tenue línea divisoria entre el viaje de Ícaro y el don de Prometeo. Ya no me sentía tan segura de que la travesía a tus brazos fuera completamente inofensiva cuando vi como tus ojos se convertían en oro derretido al acortar distancia. De cerca el sol lo quema todo, incendia la historia, los pedazos de memoria, el telón de mi escenario se vuelve polvo, derrite los relojes y condena la eternidad a una hoguera para brujas. Apenas tocarte comprobé lo que sienten las últimas gotas de mayo con el abrazo de junio, me evaporé en lo esencial del ser dejando el resto a un lado de la cama, junto a la ropa, junto a la otra que había sido en el instante anterior al subsecuente.


Y bebí de tus labios el fuego embriagándome de veranos, de pronto no había más que luz, luz grosera en medio de la noche, intrusa, encendiendo mi piel de luna, alquimista transformando todo en oro volátil.


Luego todo fue silencio, mutismo apenas arañado por alguna ráfaga de viento, mensajera quizá, que venía a llevarse nuestros ecos más allá de la farsa literaria que hacíamos de nuestras vidas. Por un momento pensé que estaba de vuelta ilesa de la travesía, tal vez con un trozo de Apolo pegado al pecho que revelara el secreto del calor flameante, pero al verte dormir en plata, con tu cuerpo amoldado a la silueta de la luna entendí que el robo había sido mutuo.



alquimia

miércoles, 1 de julio de 2009

En los paréntesis de la eternidad

Es la tempestad el fruto etéreo de la calma

Que impetuosa se eleva sobre el vértigo de sombras

Es el incienso profano artista de humo en el silencio

Que entreteje destinos en la soledad de un beso

Son tus ojos el motivo y los confines

De una larga historia que se escribe al tiempo que se expande

Sacrilegio del amor son las ventanas

Albergando un mas alla de las paredes de la alcoba

y la sangre dilatada de ambos cuerpos

Cabalga el cristal de la una clepsidra cansada

Las pieles aureas por el resplandor de Diana

que apunta desde el firmamento su arco de plata

en cuyos cuernos se consagra de nuevo la unidad de los opuestos

el agua, el fuego, la nada.