miércoles, 22 de agosto de 2012

El “flirteo” y su repercusión sobre la dinámica de la pareja



Los ataques hacia el funcionamiento de una pareja por parte de una tercera persona, aun que estos no resulten efectivos y la dinámica permanezca en armonía generan un sentimiento de rencor que debe ser concientizado y trabajado.

De primera instancia resulta inexplicable que aun sin haber episodio de infidelidad como tal, el miembro de la pareja que ha “sufrido” el ataque resulte irritado por la acción, aun cuando esta no se haya condensado. Sin embargo, observando un poco más de cerca podemos entender que la causa de la angustia es la lesión que se ha generado en su Yo.

El otro ha permitido una intrusión de un tercero en la relación; Como si un miembro de la familia dejara abiertas intencionadamente las puertas de una casa y de esto resultara la pérdida de un objeto sin valor. El daño radica en el sentimiento de profanación que será atribuido a la parte que fue “cómplice” en dicho evento. Esto sucede por que la acción de permitir esa entrada está mediada por deseos ególatras de admiración per se, aun que no se busque una aventura y/o infidelidad
La parte afectada interpretará esto como una pérdida de afecto, ya que primitivamente el afecto se relaciona con protección y cuidados, el hecho de que estos sean descuidados se percibirá como un síntoma de declive en el amor de la pareja, que ha optado por colocar sus necesidades narcisistas por encima de los intereses de la pareja.

Estas situaciones de búsqueda de reafirmación del Ego en terceras personas deben ser concientizadas para que de este  modo puedan ser evitadas en un futuro. De lo contrario, esta situación continuará repitiéndose con un patrón de pequeñas lesiones a la estructura de la pareja que terminarán por derrumbarla.