domingo, 22 de julio de 2012

EL PUNTO DEL MUNDO FINAL

Aquella noche, escondidos en el murmullo de las tazas de café chocando con la mesa y el olor a libros viejos y humedad, se reunió el Gran Consejo en un lujoso saloncito privado de la biblioteca de Babilonia para discutir asuntos de carácter importantísimo.

La “Magna Magister litteris” era la máxima autoridad en la legislación literaria, encargada de la regulación internacional de la literatura. Un cargo que en el pasado había tenido un grandioso peso político controlando a las masas por medio de las letras dictando entre las líneas de los libros la historia de la humanidad, el cual  había pasado de direccionar el rumbo de las naciones a ser un puesto desprestigiado por su poca relevancia en el ámbito social.

Sin embargo aquella noche convocó a junta urgente ante la inminente turbulencia que asediaba al mundo entero y poniéndose de pie interrumpió el barullo y dio inicio a la sesión de la siguiente manera:
-Compañeros: Estamos aquí reunidos por la problemática mundial que es de amplio conocimiento de todos los presentes. La humanidad se enfrenta a una de las mayores pandemias existencialistas en la historia, y aun que sea doloroso aceptarlo, asumo  gran parte de la responsabilidad, ya que en las últimas décadas he dejado hundirse a los libros en la marea tecnológica que ahora ahoga a todos los que irresponsablemente intentaron cruzar nadando por sus partes mas profundas.

Esta noche es mi deseo retomar la importancia de mi cargo y desde mi función vital de autoridad ortográfica proponer una solución tajante a la crisis. He decidido que el lenguaje requiere de una grave modificación que sea quizá lo único que pueda salvarlo así como a sus usuarios. Y aunque sé que es un acto por demás violento, la situación amerita medidas dramáticas: He decidido eliminar al punto de los signos gramaticales.
Verán: después de una larga reflexión me he dado cuenta de que el punto es el responsable de todos los conflictos humanos. Las guerras están a la orden del día por que alguien puso un punto final donde aun había cosas por escribirse, el amor muere desesperanzado por los puntos suspensivos de las promesas que nunca se cumplen, las ideas, y por consiguiente las personas, son separadas bruscamente por los puntos y seguido que se interponen entre ellas como barreras infranqueables. Es por eso, que he decidido que para devolverle a la humanidad el sentido del infinito es necesario eliminar a su antítesis: El punto.

De ahora en adelante las personas no conocerán las limitantes por que las historias no terminarán, no habrá ningún signo arbitrario que determine el principio y los finales, todo será lo mismo. Las ideas provienen todas del mismo pozo de conocimiento por lo que entre ellas la barrera será únicamente una laxa coma que pueda ser usada como trampolín de una palabra a otra evitando el pensamiento cuadrado. Respecto a ese híbrido con mala fama que es el “punto y coma” pasará a ser lo más cercano a una barrera gramatical, siéndole permitido conservar al punto ancestral coronando a la coma, cual analogía del nuevo reinado de la afluencia del pensamiento. Los que requieran dejar asuntos pendientes deberán usar “comas supensivas” que serán un recordatorio de que este universo es no es mas que una sucesión de acontecimientos infinitos. Y por último, los párrafos ya no alentarán a la división geográfica de las páginas en continentes, siendo unos más ricos en contenido que otros. Las historias deberán fomentar la unidad total de la narrativa, exhortando al mundo a volver a su estado primario de pangea, como un último llamado a la reconciliación de razas.

Hubo un ajetreo generalizado, los grandes líderes se miraban entre sí, turbados, sin aventurarse nadie a expresar opinión alguna acerca de la propuesta. El más consternado era el secretario general,  que se preguntaba  si al aceptarse la moción, las leyes de la misma se aplicarían desde ese momento a la minuta que redactaba. Al final hubo un asentimiento generalizado y un minuto de fúnebre silencio por el redondo mártir que era inmolado en pro de la evolución de la humanidad.